✨ Una de las razones es por malestar, dolencia o enfermedad física. La medicina convencional se enfoca únicamente en el cuerpo físico, pero hoy en día sabemos que somos mucho más que un cuerpo, y que el origen y la raíz de la enfermedad suele aparecer en el cuerpo emocional-energético, siendo necesario sanar esa raíz, para que deje de aparecer una y otra vez la sintomatología física.

✨ Otras personas acudís a mí para sanar, liberar y superar traumas emocionales tales como depresión, ansiedad, baja autoestima, estrés y un largo etc, que han de tratarse lo antes posible para evitar que el bloqueo energético llegue a afectar al cuerpo físico.

✨ Y otras, deseáis encontrar guía, respuestas, claridad y conexión espiritual.

La sanación cuántica trabaja todas las dimensiones del Ser en una misma sesión (física, emocional y espiritual).

Nuestros tres principales cuerpos (físico, emocional y espiritual) están en 3 dimensiones y frecuencias energéticas distintas.

Estos 3 cuerpos se van “deformando” bajo el impacto de nuestros traumas, ya sean físicos, emocionales o, incluso, transgeneracionales. El golpe del trauma genera una deformidad, fisura o pliegue en el cuerpo al que afecta (físico, emocional o espiritual).

La energía atrapada se acumula, convirtiéndose en un quiste energético que, con el tiempo, pasa al cuerpo físico, apareciendo en consecuencia la enfermedad física.

A través de la sanación cuántica, la energía bloqueada de esos traumas se libera (de ahí los movimientos espontáneos que suceden durante la sanación), recuperando así la salud física, emocional y espiritual.

Esta es la razón por la que tratando sólo el cuerpo físico, las enfermedades vuelven una y otra vez. Es esencial trabajar sobre el trauma del cuerpo emocional para que deje de repercutir en el cuerpo físico.

A modo de breve resumen, éstas son algunas de las memorias que residen en cada uno de nuestros cuerpos/dimensiones:

En nuestro Cuerpo Físico y Etérico residen:

• Memorias físicas heredadas; nuestro ADN.

• Memorias físicas adquiridas: golpes físicos, accidentes…

Cuando el Cuerpo Etérico desequilibra su frecuencia, aparecen problemas de piel. El Cuerpo Etérico está en comunicación con el sistema de fascias y se ve profundamente afectado por el estrés (las fascias son el tejido que comunica todas las células del cuerpo, alojando toda la información de las experiencias vividas). En personas que han sufrido operaciones, se generan fugas de energía en la fascia del lugar de la operación.

En nuestro Cuerpo Emocional residen:

• Memorias emocionales heredadas; la Epigenética.

• Memorias emocionales adquiridas: traumas emocionales, ataques energéticos, memorias, shocks…

En nuestro Cuerpo Emocional residen nuestros linajes familiares, por lo que es una terapia imprescindible de cara a sanar el linaje masculino y femenino que, inconscientemente, tanto nos condiciona.

En nuestro Cuerpo Espiritual residen:

• Memorias Kármicas heredadas, es decir, memoria de anteriores vidas.

• Memorias Kármicas adquiridas, ataques espirituales…

En nuestro Cuerpo Espiritual se pueden crear fugas de energía e infecciones energéticas que boicotean a la persona.

Solo tienes que tumbarte, relajarte, cerrar tus ojos y rendirte, sin expectativas.

Cuanto más permitas, más profunda será la liberación y sanación.

Puede haber todo tipo de liberaciones: risa, llanto, gritos, movimientos, visiones, viajes astrales, frío, calor, hormigueo, sensación de energía moviéndose por el cuerpo… Estas sensaciones son una parte natural del proceso, ya que indican que la energía vital está fluyendo y desbloqueando los puntos de tensión. También es posible que no sientas nada, o que simplemente te sientas conectado/a, como pegado/a, al suelo (a la Tierra).

Cada sesión es completamente diferente para cada persona. La energía trabajará aquello que necesite ser sanado en ese momento.

Las sesiones duran 1h y media aprox.

• Incrementa la vitalidad y energía física.

• Fortalece el sistema inmunológico así como la protección ante ataques energéticos.

• Desbloquea problemas.

• Libera bloqueos emocionales y energéticos.

• Ligereza, paz interior y equilibrio.

• Mayor claridad mental: reduce el ruido mental, ayudando a conectar con la intuición y tomar decisiones desde un lugar más alineado.

• Reduce el estrés y la ansiedad: relaja el sistema nervioso, favoreciendo estados de calma y serenidad.

• Equilibra los centros energéticos: armoniza los chakras y alinea cuerpo, mente y espíritu.

• Libera la creatividad

• Conexión espiritual y expansión de la consciencia: esta conexión trae consigo una sensación de plenitud, propósito y una comprensión más profunda del propio ser.

• Liberación de traumas almacenados en el cuerpo.

• Aumento de la sensibilidad energética y emocional.

• Mejora la calidad del sueño.

• Aumenta el bienestar general.

• Potencia la energía positiva y eleva la vibración del grupo.

• Limpieza y protección energética del grupo.

• Ideal para prevención.

a) Es ideal para trabajos grupales: familias, parejas, amigos, equipos…

• Familias y Parejas: En las sesiones grupales se trabajan, de manera muy profunda, las conexiones, tanto a nivel emocional, como energético y transgeneracional, que afectan a la salud y bienestar de las personas vinculadas. Sería como trabajar todas las piezas del puzzle al mismo tiempo. Es adecuada como:

  - método preventivo

  - para armonizar, desbloquear y sanar relaciones familiares o de pareja.

  - detener el avance transgeneracional de un bloqueo, tanto físico como emocional o energético.

  - ayuda a resolver conflictos familiares y a fortalecer los lazos emocionales.

• Empresas: fomenta un ambiente laboral saludable, mejora la comunicación y reduce el estrés del equipo. Mejora el rendimiento, unión y entendimiento colectivo y la conexión entre los integrantes.

• Equipos deportivos.

• Amistades: potencia la armonía colectiva y la conexión energética.

b) También para aquellas personas que deseen vivir la potencia de una grupal abierta al público:

• si están experimentando un cambio importante en su vida y no saben por dónde empezar, que se sienten ansiosas y bloqueadas a la hora de tomar acción o que no tienen energía para afrontar los cambios que están viviendo en este momento.

• personas con estrés, ansiedad o agotamiento emocional, ya que encontrarán gran alivio al equilibrar su energía y calmar su sistema nervioso.

• para quienes deseen liberar emociones reprimidas o traumas pasados.

• personas en búsqueda de autoconocimiento y crecimiento personal y espiritual.

• quienes sienten que han perdido su impulso creativo o necesitan un impulso para reactivar su inspiración y reencontrarse consigo mismas.

• personas con baja energía o fatiga crónica

• dificultades para dormir

• personas que experimentan bloqueos espirituales y buscan recuperar su alineación y propósito vital.

• para personas interesadas en la práctica energética o espiritual, que desean profundizar en su práctica.

• personas que atraviesan grandes cambios o transiciones.

• personas con una conexión débil con su cuerpo

Trabajamos en camilla, y puede haber momentos en los que trabajemos de pie. Es habitual que surja liberación emocional o movimientos físicos espontáneos. También puede suceder que no sientas nada o que solo sientas que el cuerpo te pesa como si fuese un imán que se pega a la Tierra.

Cada ciclo de sanación consta de una estructura:

• 1ª parte: equilibramos el eje Sistema Nervioso Simpático-Parasimpático y todos y cada uno de los Segmentos Facilitados. Los Segmentos Facilitados son las secciones de tu médula espinal, de cada vértebra, que envían impulsos a los órganos que rigen. Por ello, muchas veces esta primera parte resulta especialmente liberadora, sobre todo a nivel emocional, en la respuesta del sistema digestivo y en la conciliación del sueño, ya desde la primera sesión.

• 2ª parte: trabajamos el Cuerpo Físico y Etérico.

• 3ª parte: trabajamos el Cuerpo Emocional-Energético.

• 4ª parte: trabajamos el Cuerpo Espiritual.

• 5ª parte: limpieza, sellado y protección del cuerpo energético, e integración de todo el proceso.

La sesión dura 1 hora, y durante los 10-15 días posteriores es muy probable que sientas que la terapia sigue trabajando en ti.

Cada persona sentirá y vivirá la sesión de forma totalmente diferente, pero, en términos generales, estas son algunas de las sensaciones que podrás tener:

– Sentir el flujo de la energía en tu cuerpo.

-Sentir que tu cuerpo pesa o que se pega/ancla a Tierra.

- Cambios de temperatura (frío/calor), sequedad/humedad…

– Visualización de luces, colores, imágenes...

– Movimientos físicos

– Expresión de emociones

​- Sensación de liberación

– Estado de paz, calma y relajación profunda.

Pero lo más importante es lo que ocurre en tu interior, una experiencia única, casi imposible de explicar con palabras, que genera una sensación de conexión, de paz y de liberación.

Es una experiencia totalmente segura, natural y consciente. Sólo necesitas relajarte, cerrar los ojos, escuchar la música y abrirte a recibir sin ninguna expectativa.

La experiencia es muy personal y puede ser completamente diferente de una persona a otra. La energía es sabia, y cada persona recibe aquello para lo que está preparada en ese momento.

La sanación cuántica, a veces, activa movimientos involuntarios del cuerpo físico. Se trata de movimientos sanadores que irán evolucionando a lo largo de las sesiones.

I. El Tao y los movimientos:

Según la filosofía del Tao, todo movimiento que se genera en el universo nace gracias a la conjunción del yin y el yang. 

En el universo, todo evoluciona siguiendo el mismo patrón: empieza por una fase de expansión yang (es la fase de crecimiento y de caos), luego llega el yang + yin (es el momento de las transformaciones y de los cambios), y, por último, acaba con una fase totalmente yin (es la fase del orden y del equilibrio).

1. La fase yang:

Como lo explica el Tao, la primera fase de la evolución de los movimientos de la sanación cuántica es una fase yang.

En esta fase se activan las energías yang, como por ejemplo la energía cósmica o kundalini.

Los patrones de liberación son muy fuertes y potentes, tanto a nivel físico como emocional, y se explican por la activación del sistema simpático.

Los movimientos más habituales son:

• Estiramientos extremos del cuerpo físico, espirales energéticas, mudras, yoga, Tai Chi.

• Gritos, lloros, cabreos, etc.

• Apertura de las 3 antenas.

• Patrones de nacimiento.

• Patrones de parto.

Se puede comparar esta fase a un caos energético, muchas veces necesario para la evolución de cualquier sistema.

La función principal de esta fase es actuar sobre la liberación de las memorias traumáticas que hemos vivido o heredado.

Es la fase menos estable de la terapia, donde yo como sanadora tengo que actuar sobre el control de la liberación, ya que es importante controlar el movimiento sin dejarnos superar por él.

2. La fase yang-yin:

“De la máxima expansión del yang surge el yin”.

En el Tao, esta fase se llama el movimiento de la Tierra. La llegada del yin genera una energía transformadora.

Las energías yin, como por ejemplo la energía telúrica y la Pachamama, son totalmente opuestas a las energías yang. Son energías que nos calman, nos tranquilizan y activan nuestro sistema parasimpático.

Durante esta fase, las energías yin y yang se expresan de manera conjunta, llegando a un estado de equilibrio energético.

Su función es equilibrar la dualidad yin-yang, muy importante para la salud del sistema autónomo, así como ajustar los diferentes ciclos circadianos de nuestro cuerpo.

Por la acción del yin, los movimientos son más armoniosos, placenteros y muchas veces más internos.

3. La fase yin:

Es el proceso final de transformación. Es una fase donde solo se activan las energías yin.

La energía atrae a las personas hacia el suelo, donde se van a pegar las zonas que necesitan sanación. En regla general, todo lo que se pega se cura.

Su función es reparar y sanar las consecuencias y las heridas físicas y emocionales generadas por los traumas.

Es una fase muy reparadora y sanadora que implica la activación del sistema parasimpático.

En esta fase, mi papel como sanadora es el de observar el proceso de sanación sin necesidad de controlar los movimientos de liberación.

Anotación: Es importante entender que no soy yo, como sanadora, quien decide qué energías activar, sino la propia Fuente, que lo hará según las necesidades de la persona.

CUERPO FÍSICO: cualquier tipo de dolencia, malestar o enfermedad física.

CUERPO EMOCIONAL: cualquier tipo de desequilibrio o trauma emocional.

CUERPO ESPIRITUAL:

• Elimina traumas y memorias kármicas.

• Genera expansión y liberación interna.

• Aumenta tu claridad mental, intuición y empoderamiento, para manifestar la vida que quieres crear.

• ​Fortalece tu conexión espiritual, así como tu conexión con la Tierra y con las personas y seres vivos.

• Es una herramienta que acelera tu evolución y consciencia espiritual.

Cada caso es diferente y no hay un mínimo ni un máximo de sesiones, pero, sin duda, la sanación cuántica, supera con creces a cualquier terapia conocida hasta el momento en cuanto a potencia, velocidad y efectividad, ya que sana todos los desequilibrios de la persona al mismo tiempo y en todos sus cuerpos (físico, mental, emocional y espiritual), por lo que, el proceso, es mucho más rápido y efectivo que con cualquier otra herramienta terapéutica.

En las sesiones presenciales, es necesario dejar un espacio mínimo de 10 a 15 días entre cada sesión, para que los 3 Cuerpos puedan asimilar, integrar y llevar al plano de comprensión mental todo lo que ha sido liberado.

En casos urgentes o más graves, podemos trabajar cada 7 días, pero nunca antes.

Es adecuada para todo tipo de edades, desde el momento del feto (a partir del tercer mes de gestación), hasta niños, adultos y ancianos.

No tiene ningún tipo de contraindicación.

También tiene buenísimos resultados con animales.

No es recomendable recibir otras técnicas o terapias energéticas durante los 15 días posteriores a la sesión, ya que cualquier terapia energética posterior (constelaciones familiares, reiki, barras de Access, acupuntura…), podría reducir la eficacia del tratamiento.